Nir Cohen: «Los joyeros están buscando nuevas formas de diferenciarse apostando por tallas fantasía del diamante»

26 May, 2022

Charlamos hoy con Nir Cohen, mayorista de diamantes fundador de Bondiamant, que a caballo entre Barcelona y Tel Aviv nos ofrece una amplia radiografía sobre el mercado del diamante

Nir Cohen es el CEO de la firma mayorista de diamantes BonDiamant. Tanto desde su sede en España como desde su oficina en la Bolsa de Tel Aviv, ofrece una amplia gama de diamantes naturales pulidos, y está especializada en diamantes de talla Fantasía con alto nivel de acabado y talla excelente.

Bondiamant es uno de los mayoristas de referencia en nuestro país con más de 25 años de trayectoria. Sin irnos tan atrás en el tiempo, ¿Cómo habéis percibido desde la empresa el mercado del diamante en nuestro país tras la llegada de la pandemia y la posterior vuelta a la normalidad?

La pandemia fue un terremoto en todos los sectores y no fue distinto en el sector de los diamantes. Fue un parón importante al principio de toda la cadena, desde las minas hasta las joyerías. (Me acuerdo paseando en los pasillos de la bolsa, que estaban vacíos sin ruido de ningún broker, cuando en días normales estaba repleto de gente).

España mantuvo la línea mundial de los confinamientos al principio. La demanda fue casi nula. Unos meses después cuando regresamos a trabajar, volvió la actividad, pero a un nivel muy bajo.

Los valientes que abrieron las joyerías trabajaban en condiciones muy difíciles para hacer negocio. Casi fue imposible. En esta época Había clientes que conseguían vender bien, incluso vender mejor que otros años atrás, mientras otros mantuvieron niveles de venta suficientes para cubrir gastos.

Luego con el tiempo, con la vacunación y con la baja agresividad del virus, la gente volvió a comprar joyas. La recuperación es lenta porque una vez se frena la rueda, volver a ponerla en marcha necesita meses. Hoy en día estamos notando una buena recuperación, con más demandas y parece que la gente tiene ganas de salir adelante con nuevas ideas, nuevas formas de venta y nosotros nos adaptamos a estos cambios.

«Las expectativas son favorables, la demanda se va recuperando. Por fin se celebran las bodas con normalidad y la economía está levantando cabeza. El turismo aparece de nuevo, aún le queda por recuperar, pero va subiendo»

¿Qué tipología de diamante es la más demandada en nuestro mercado?

El diamante que siempre ha tenido mayor demanda en el mercado es el redondo (talla brillante) en color blanco con nivel de pureza comercial. Últimamente, especialmente ahora en la fase de la recuperación de la pandemia, notamos fuerte demanda (incluso en España que los clientes suelen ser más clásico) de diamantes en talla fantasía como lágrima, ovalada y naveta. No me sorprende que los joyeros estén buscando nuevas formas de diferenciarse apostando por nuevas tendencias. Psicológicamente la gente quiere cosas diferentes de antes de la pandemia, como si fuera nueva realidad.

¿Cómo encuentras el mercado joyero española día de hoy y cuáles son vuestras expectativas para este año?

El mercado en los últimos 20 años tenía sus altibajos, pero en ningún momento nos pasó lo que vivimos en los últimos dos años. Por la falta de turismo, los joyeros se enfocaron más hacia el cliente local. La sensación de incertidumbre que nos acompaña desde el comienzo de la pandemia y creo que nos acompañara todavía unos meses más, hace que el mercado actúa con mucha prudencia. Por un lado, intentan no acumular mucho stock por otro lado falta género en el mercado y no facilita la venta.

Las expectativas son favorables, parece que la plena normalidad está a punto de venir, la demanda se va recuperando. Por fin se celebran las bodas con normalidad. la economía está levantando cabeza. El turismo aparece de nuevo, aún le queda por recuperar, pero va subiendo.

Otro de los cambios que nos trajo la pandemia fue el boom de la venta online de joyas. ¿Es válido también para el mercado del diamante o en este caso se requiere más el trato personal?

El mercado del diamante siempre ha sido un mercado bastante tradicional. Los joyeros quieren ver lo que están comprando sobre la mesa y conocer a la persona y/o la marca que suministra el género. Cuando un negocio recibe suministro frecuente de diamantes, es normal que el comprador quiera conocer a su proveedor y construir una relación cercana basada sobre confianza y seriedad, especialmente cuando estamos tratando con productos de alto valor.

Durante la pandemia esta interacción ha sido imposible y por eso los joyeros compraban los diamantes a distancia, por teléfono o por internet. Recibían las imágenes y los certificados y confirmaban la compra, con la esperanza que lo que habían visto en la pantalla fuera igual que la realidad. La tecnología de la imagen de 360 grados en el mundo del diamante se está desarrollando muy rápido y facilita la compra a distancia.

Lamentablemente, este sistema es muy limitado y puede servir sólo para comprar algunos diamantes certificados. Por la simple razón que es difícil apreciar la talla y otros caracteres fundamentales en la piedra, solo se pueden valorar cuando dispones de la piedra físicamente. Por descontado, este sistema encaja menos en los diamantes sin certificar, de tamaños inferiores a 50 puntos (medio quilate).

Hoy en día, los comerciales ya viajan y vuelven a presentar sus mercancías en las joyerías y en las ferias. pero, creo que la la confianza en la compra online ha aumentado y está cogiendo más presencia en las gestiones de las joyerías.

«El diamante creado en laboratorio está cogiendo un nicho del mercado para la gente que quiere diamante y no puede permitirse el natural. Al final esto favorecerá al diamante sacado de las minas, porque refuerza la diferencia entre estos dos productos»

Teniendo en cuenta que la subida media del diamante en este último año supera el 30%, ¿Qué evolución de los precios esperas de seguir alargándose esta situación?

Bueno, la producción del diamante casi ha frenado por completo, bajó un 80% más o menos. Esta situación ha generado una bajada en la oferta de producto al nivel mundial. Hoy estamos en fase de recuperación de la demanda del diamante, y esto ha generado que la demanda sea más alta que la capacidad de la producción. Por lo tanto, hay una falta de producto y los precios suben. Otro factor que influye mucho son las restricciones sobre producción del bruto ruso, así que todavía existe aún menos genero para producir. Te puedo decir que hoy en día no veo una bajada de precios en el horizonte.

Volviendo al origen, ¿Qué opinas sobre los diferentes proyectos que están en marcha vinculados a la trazabilidad, como la española Tracemark, o empresas como Sarine, ITraceit, De Beers, ¿e incluso otro proyecto que GIA tiene en marcha en este ámbito?

En los últimos 25 años la industria diamantera se está trasformando a ser una industria más transparente y social. Estos proyectos de la trazabilidad en los últimos años son fruto del gran esfuerzo de esta industria en ser todavía más transparente. Todavía están en una fase muy elemental de una tendencia creciente de conocer el trayecto del diamante y su origen para asegurar que había sido expulsado, producido y manejado por empresas legales.

Yo veo este proceso muy positivo y confío que esto aumentará la confianza del cliente final en el producto. Al final el mercado de la joyería puede crecer aún más gracias a esta tecnología, y puede hacer que gente que es un poco reacia en comprar diamantes por no saber el origen, lo hagan. Trazar la piedra desde su origen añade otra herramienta de control que asegura que el diamante es natural y auténtico. Eso da una tranquilidad tanto al vendedor como al comprador.

«Trazar la piedra desde su origen añade otra herramienta de control que asegura que el diamante es natural y auténtico. Eso da una tranquilidad tanto al vendedor como al comprador»

Hablar de diamantes es inevitable hacerlo también de los sintéticos. Como mayorista, ¿los consideras una amenaza para el mercado? ¿Puede esta situación actual impulsar su presencia en el mercado?

El diamante natural se comercializa desde hace 400 años en forma habitual. En los últimos 50 años con el desarrollo han aparecido bastantes productos sustitutivos. Me acuerdo la entrada del HPHT, fue una tecnología que modificaba el color del diamante y la industria pensó que era el fin del comercio del diamante, porque se podía coger un diamante de baja categoría de color y manipularlo para conseguir colores más blancos…

Luego entró la «Galatea«, una tecnología que hacia una radiografía del diamante bruto. Usando esta tecnología tenemos la posibilidad de saber todo lo que hay dentro de la piedra. Ahí se acabaron las especulaciones entre los comerciantes de bruto. Al principio, cuando salieron al mercado, la industria pensaba que esto acabaría con el comercio del diamante natural, pero al final resultó que fue una tecnología que creó un nuevo nicho en el mercado del diamante y de algún modo favoreció también al al sector.

Con el diamante sintético pasa lo mismo, al principio pensábamos que se va a acabar con el diamante natural y hoy ya sabemos que no es así. El diamante creado en un laboratorio está cogiendo un nicho del mercado para la gente que quiere diamante y no pueden permitirse el natural sacado de la tierra. Al final esto favorecerá al diamante natural sacado de las minas, porque refuerza la diferencia entre estos 2 productos. Creo que la época del Covid nos demostró las grandes ventajas del diamante natural sacado de la tierra:

– Por sus subidas de valor.
– Por ser una moneda mundial que se podría volver a vender y recuperar capital invertido.
– Por ser un fondo de emergencia.

Hay mercado para todos los productos mientras que sea transparente y digno, que declare si el producto es natural, tratado, o de laboratorio.

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